martes, julio 31, 2007

Nueva arquitectura

EL COLOR SE TOMA EUROPA
Texto y fotografías:
Felipe Álamos Undurraga
(Publicado en El Mercurio)


El romance entre arte y tecnología no sólo permite "deconstruir" edificios, experimentar los límites del hormigón, ensayar con formas orgánicas o romper la barrera de los 800 metros de altura. Hoy incita a explorar el color. Sin complejos
Así lo demuestran varios edificios de vanguardia inaugurados durante los últimos cinco años en Europa, que en sus fachadas y envolventes muestran llamativas tonalidades. Algo fácil de apreciar en Inglaterra, Holanda o Alemania, donde las alegrías que no da el clima, las da el color.
Explica Paz Cox, académica de Estudios del Color en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica, que buena parte de esta evolución ha sido posible gracias al desarrollo de revestimientos que pertenecen a la familia de los plásticos y a la gran creatividad de los arquitectos y diseñadores.
"Es indudable que las posibilidades que otorgan estos nuevos materiales de dar y mantener en el tiempo el color en fachadas y envolventes, con gran versatilidad de acabados que van desde opacos, mate, texturados y brillantes, han encontrado un lugar junto al acero, el aluminio y el vidrio".
Agrega que gracias a estos nuevos materiales existe un desarrollo permanente de nuevas posibilidades colorísticas. "La tecnología nos permite dar color o revestir de éste a cualquier material, situación impensable hace unos años, en que se prefería mantener el color natural del material, entre otras cosas, por la inexistencia de pinturas y revestimientos sólidos al paso del tiempo y al deterioro ambiental".
También ha colaborado en esta nueva era la aparición de nuevas tecnologías en vidrios laminados. Un ejemplo de ello es la creciente tendencia a introducir interláminas entre dos hojas de vidrio, las cuales son unidas permanentemente mediante calor y presión y forman una solución de acristalamiento duradera y de fácil mantenimiento.
De vuelta
Pese a todo este incipiente desarrollo tecnológico y de diseño, Paz Cox no se atreve a señalar que se trate ya de una tendencia globalizada, con modas o patrones definidos.
"No es tan fácil referirse a una tendencia mundial respecto al uso del color en proyectos arquitectónicos, ya que a pesar de la globalización de las tendencias en aspectos formales y de uso de nuevos materiales y tecnologías en la arquitectura, ésta se inserta en contextos particulares, en medio de espacios construidos no sólo en su forma, sino también referidos a un "constructo" cultural propio y en un entorno de paisaje y clima particular".
Además, no se crea que el uso del color en la arquitectura sea algo absolutamente nuevo. Señalan los expertos que siempre se ha utilizado y que la "paleta de colores" se ha ampliado o reducido dependiendo del momento histórico. Incluso dentro del Movimiento Moderno fue un elemento muy valorado en algunas de sus corrientes. Sin ir más lejos, el pintor Wassily Kandinsky fue uno de los integrantes de la mítica escuela de la Bauhaus.
Así, probablemente lo que hoy estemos observando es el comienzo de una expansión, más que de una revolución. Porque el color nunca se ha perdido en ciertos ámbitos.
"Existe una larga tradición en las ciudades portuarias, como la isla de Burano en Italia, el barrio La Boca en Buenos Aires y nuestro propio Valparaíso, de que los barrios presentan una atmósfera colorística muy particular. Una vez leí que dada la proximidad del mar, la humedad y la salinidad, las casas deben ser repintadas con frecuencia para evitar el deterioro y, al menos en La Boca, la tradición era repintar con pintura para barcos, con una gama muy brillante".
La gran novedad es que hoy en Europa el color se está empleando sin pudor en proyectos "serios", como edificios de oficinas, museos y universidad.
Así, el uso de colores saturados ya no es visto como algo "pintoresco".
Las principales oficinas de arquitectos a nivel mundial se han involucrado en la búsqueda de nuevos espacios para el color. Oficinas como Alsop, Neutelings Riedijk o Mvrdv se han introducido de lleno en la experimentación de este elemento arquitectónico, principalmente en proyectos de renovación urbana en las metrópolis europeas.
¿Y cómo estamos por casa? "En Chile la situación colorística, salvo unos pocos ejemplos, es muy poco atrevida. Al parecer los chilenos somos extremadamente sobrios, no sólo en nuestras edificaciones o en nuestra manera de vestir, sino también en todo tipo de situaciones de elección. Preferimos los autos blancos, grises y oscuros, aunque los rojos sean mucho más visibles en las carreteras", concluye Paz Cox.