miércoles, septiembre 24, 2008

Mercado patrimonial


ES POSIBLE LOGRAR

PLUSVALIA EN UNA ZONA TÍPICA

Una declaratoria patrimonial no tiene por qué ser una tragedia. Las restricciones pueden transformarse en un valor agregado, porque existe un mercado creciente de personas que buscan propiedades en barrios con sabor, color e historia.

Felipe Álamos Undurraga (Diario El Mercurio)


El hecho de que una zona sea declarada Zona Típica por el Consejo de Monumentos Nacionales es visto por muchos propietarios como una desgracia
Algo de razón tienen.
Claro, no es como tener una vivienda común y corriente, pues toda intervención que implique construcciones nuevas u obras de reconstrucción o de conservación debe ser visada por el organismo estatal, que se atiene al Instructivo de Intervención que dicta para cada zona protegida.
¿Trámites cacho?
Quizás. Pero aseguran los expertos que es menos terrible de lo que se piensa.

Ideas erradas

"Existe una mitología muy extendida respecto de las restricciones. Existen trámites, pero el mecanismo no es tan engorroso", afirma la arquitecta María Angélica Urbina, una de las gestoras de iniciativa que permitió declarar Zona Típica al sector Viñas de Dalmacia, en Providencia.
Lo corrobora el arquitecto Jorge Atria, vicepresidente de Icomos Chile y docente de la Universidad Central: "Una declaratoria de Zona Típica de ninguna manera impide proponer intervenciones arquitectónicas en el área de protección sino que más bien, establece ciertas restricciones para que los conciban y ejecuten en un marco de respeto y consideración de los valores patrimoniales".
Afirman los expertos que al final las restricciones pueden transformarse en un valor agregado para el barrio, si los vecinos saben aprovecharlas.
Porque una declaratoria patrimonial puede incluso generar cierta imagen de marca y hacer que tanto los vecinos como personas de otros lugares de la ciudad revaloricen el barrio.
Pero para lograrlo es importante que exista cierta organización vecinal. Si no, no hay caso.
Ejemplos positivos en ese sentido hay muchos. Por ejemplo, cuenta el arquitecto Eduardo Navarro que uno de los grandes beneficios que obtuvo el barrio Los Castaños, en la avenida Francia de Independencia, durante su proceso de postulación para ser zona típica, fue la unión que lograron sus vecinos.
Cuenta que ello redundó en muchas acciones conjuntas, lo cual ha hecho posible que en este barrio de viviendas diseñadas por Luciano Kulczewsky -que tienen casi ochenta años de antigüedad- hoy algunas casas cuesten cerca de 130 millones de pesos.
Algo parecido están haciendo en el barrio Las Viñas de Dalmacia, en Providencia.
Allí fueron los propios vecinos los que pidieron la declaratoria como Zona Típica al Consejo de Monumentos Nacionales, al ver cómo la presión inmobiliaria amenazaba con destruir al barrio. Luego de un arduo trabajo, la petición fue aprobada la semana pasada.
¿Habrán hecho mal negocio? La arquitecta María Angélica Urbina, una de las gestoras de iniciativa cree que no.
"La principal ventaja que obtuvimos, sin duda, fue preservar nuestra calidad de vida, al asegurar la mediana y baja densidad habitacional. También, el acercamiento vecinal se está reforzando a través de proyectos comunes, lo cual es la mejor arma contra la delincuencia".
Y añade que la declaratoria también permitirá mejorar los espacios comunes, para dar más espacio y tranquilidad a peatones y ciclistas.
Buenos frutos
Organizarse es un esfuerzo, pero que tiene su recompensa. Y no sólo espiritual.
Afirma María Angélica Urbina que los barrios patrimoniales tienen un elemento diferenciador cada día más valorado por cierta parte del mercado: historia.
"Es una gran ventaja tener identidad de barrio a escala humana, lo que no tienen los condominios que actualmente se ofrecen tanto en La Dehesa como en otras comunas de la capital".
Así, algo que parece mal negocio hoy, puede ser un buen negocio mañana.
"Estos barrios guardan la memoria urbana para las futuras generaciones, algo que para el habitante de Santiago pareciera ser un lujo inalcanzable, puesto que el mercado lo seduce por caminos errados", afirma la arquitecta.

martes, enero 15, 2008

Valparaíso

LAS DUDAS DEL
PROYECTO NIEMEYER





Se equivocan quienes plantean la discusión sobre el edificio de Óscar Niemeyer en el cerro Cárcel de Valparaíso como una disputa entre la mentalidad provinciana del puerto y una supuesta ciudadanía global.
Sin entrar al debate acerca de los méritos arquitectónicos del proyecto del centenario arquitecto brasileño, creo que existen dudas razonables acerca de la rentabilidad social y económica de llevar a cabo este proyecto, que tendría un costo cercano a los diez millones de dólares.
Pensemos solamente en la ubicación. Para nadie es un misterio que el Cerro Cárcel tiene serios problemas de conectividad, lo cual adquiere una especial relevancia por la escala del proyecto, que abarca 4.300 metros cuadrados construidos (el Museo Baburizza, actualmente cerrado tiene 2.100) y pretende atraer miles de visitas con motivo del Fórum Universal de las Culturas 2010.
Sabido es que complejos de esta magnitud necesitan ser abastecidos por sistemas de transporte masivo -algo difícil de resolver por las características del sitio- o bien estar ubicados en lugares de alto flujo peatonal. Ninguna de estas dos condiciones se cumplen en este caso.
También habría que preguntarse ¿Cuál es el costo de oportunidad del proyecto? ¿Cómo se enmarca esta iniciativa dentro del plan estratégico de la ciudad? Me parece que son reflexiones que no se han hecho.
En ese sentido, un consejo: ¡Cuidado con el llamado "efecto Guggenheim"! Construir un ícono arquitectónico no es garantía de éxito. El museo de Bilbao sí lo fue porque se enmarcó dentro de un plan estratégico de largo plazo consensuado por todos los actores de la ciudad vasca.
Pero existen también muchos ejemplos de fracasos, como el proyecto Autoworld en Flint, Estados Unidos, un parque temático de automóviles que pretendió revitalizar esa ciudad tras el cierre de una planta de General Motors.
O el Fórum de Barcelona, sede de la versión 2004 del evento que se pretende realizar en Valparaíso, que es hoy un elefante blanco de 6.000 metros cuadrados de superficie, que se debió llenar con una exposición permanente que atrae a escaso público.
Y sin ir más lejos, es cosa de ver las dificultades que ha tenido el Centro Cultural Palacio La Moneda (7.100 metros cuadrados construidos) para gestionar su cartelera cultural. O la mismísima sede del Ministerio de la Cultura en Valparaíso.
Es mejor no vender falsas ilusiones.

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martes, julio 31, 2007

Nueva arquitectura

EL COLOR SE TOMA EUROPA
Texto y fotografías:
Felipe Álamos Undurraga
(Publicado en El Mercurio)


El romance entre arte y tecnología no sólo permite "deconstruir" edificios, experimentar los límites del hormigón, ensayar con formas orgánicas o romper la barrera de los 800 metros de altura. Hoy incita a explorar el color. Sin complejos
Así lo demuestran varios edificios de vanguardia inaugurados durante los últimos cinco años en Europa, que en sus fachadas y envolventes muestran llamativas tonalidades. Algo fácil de apreciar en Inglaterra, Holanda o Alemania, donde las alegrías que no da el clima, las da el color.
Explica Paz Cox, académica de Estudios del Color en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica, que buena parte de esta evolución ha sido posible gracias al desarrollo de revestimientos que pertenecen a la familia de los plásticos y a la gran creatividad de los arquitectos y diseñadores.
"Es indudable que las posibilidades que otorgan estos nuevos materiales de dar y mantener en el tiempo el color en fachadas y envolventes, con gran versatilidad de acabados que van desde opacos, mate, texturados y brillantes, han encontrado un lugar junto al acero, el aluminio y el vidrio".
Agrega que gracias a estos nuevos materiales existe un desarrollo permanente de nuevas posibilidades colorísticas. "La tecnología nos permite dar color o revestir de éste a cualquier material, situación impensable hace unos años, en que se prefería mantener el color natural del material, entre otras cosas, por la inexistencia de pinturas y revestimientos sólidos al paso del tiempo y al deterioro ambiental".
También ha colaborado en esta nueva era la aparición de nuevas tecnologías en vidrios laminados. Un ejemplo de ello es la creciente tendencia a introducir interláminas entre dos hojas de vidrio, las cuales son unidas permanentemente mediante calor y presión y forman una solución de acristalamiento duradera y de fácil mantenimiento.
De vuelta
Pese a todo este incipiente desarrollo tecnológico y de diseño, Paz Cox no se atreve a señalar que se trate ya de una tendencia globalizada, con modas o patrones definidos.
"No es tan fácil referirse a una tendencia mundial respecto al uso del color en proyectos arquitectónicos, ya que a pesar de la globalización de las tendencias en aspectos formales y de uso de nuevos materiales y tecnologías en la arquitectura, ésta se inserta en contextos particulares, en medio de espacios construidos no sólo en su forma, sino también referidos a un "constructo" cultural propio y en un entorno de paisaje y clima particular".
Además, no se crea que el uso del color en la arquitectura sea algo absolutamente nuevo. Señalan los expertos que siempre se ha utilizado y que la "paleta de colores" se ha ampliado o reducido dependiendo del momento histórico. Incluso dentro del Movimiento Moderno fue un elemento muy valorado en algunas de sus corrientes. Sin ir más lejos, el pintor Wassily Kandinsky fue uno de los integrantes de la mítica escuela de la Bauhaus.
Así, probablemente lo que hoy estemos observando es el comienzo de una expansión, más que de una revolución. Porque el color nunca se ha perdido en ciertos ámbitos.
"Existe una larga tradición en las ciudades portuarias, como la isla de Burano en Italia, el barrio La Boca en Buenos Aires y nuestro propio Valparaíso, de que los barrios presentan una atmósfera colorística muy particular. Una vez leí que dada la proximidad del mar, la humedad y la salinidad, las casas deben ser repintadas con frecuencia para evitar el deterioro y, al menos en La Boca, la tradición era repintar con pintura para barcos, con una gama muy brillante".
La gran novedad es que hoy en Europa el color se está empleando sin pudor en proyectos "serios", como edificios de oficinas, museos y universidad.
Así, el uso de colores saturados ya no es visto como algo "pintoresco".
Las principales oficinas de arquitectos a nivel mundial se han involucrado en la búsqueda de nuevos espacios para el color. Oficinas como Alsop, Neutelings Riedijk o Mvrdv se han introducido de lleno en la experimentación de este elemento arquitectónico, principalmente en proyectos de renovación urbana en las metrópolis europeas.
¿Y cómo estamos por casa? "En Chile la situación colorística, salvo unos pocos ejemplos, es muy poco atrevida. Al parecer los chilenos somos extremadamente sobrios, no sólo en nuestras edificaciones o en nuestra manera de vestir, sino también en todo tipo de situaciones de elección. Preferimos los autos blancos, grises y oscuros, aunque los rojos sean mucho más visibles en las carreteras", concluye Paz Cox.

lunes, febrero 26, 2007

Nueva arquitectura

DEPARTAMENTOS DEL FUTURO LLEGAN AL PRESENTE
No es ciencia ficción. Edificios giratorios; torres alimentadas con energía eólica o rascacielos que parecen esculturas ya están en fase de venta.

Felipe Álamos Undurraga

Publicado en El Mercurio 18/02/2007


Quien crea que en materia de edificios de departamentos ya está todo dicho o visto está muy equivocado, pues algunos de los últimos lanzamientos inmobiliarios realizados en el mundo hacen parecer a viviendas hasta ahora consideradas modernas, como salidas de un capítulo de Los Picapiedras.
Estas sinopsis del futuro se distribuyen por todo el planeta. Se las puede ver en Estados Unidos, Dubai, Holanda o China. Pero quizás, su imagen más llamativa está en Miami, donde en diciembre se presentó a la prensa el proyecto Cor Building, que de inmediato llamó la atención por su esqueleto externo hi tech de formas increíbles, que integra a la fachada varias turbinas eólicas, pensadas para dotar de energía al complejo.
Además, el edificio contará con paneles fotovoltaicos y generación solar de agua caliente, y en su construcción se utilizarán materiales reciclados como azulejos y vidrios. Todo muy ecológico.
Según los críticos, este edificio de 25 pisos elevará a Chad Oppenheim a la categoría de megaestrella de la arquitectura y marcará el camino de los futuros edificios residenciales, tras la cumbre de Nairobi sobre calentamiento global. Claro que habrá que esperar un poco. Su construcción se iniciaría este año y se estima que estará listo hacia 2009.

Esculturas habitadas

Otra escala obligada en este tour por el futuro es Nueva York. Allí la promotora Sciame Development ya comenzó la venta de Eighty South Street, el "edificio-escultura" de Santiago Calatrava que se construirá a pasos de la Zona Cero.
Se trata de un increíble edificio de departamentos, los cuales estarán dispuestos en 12 cajas de 4 pisos, que a su vez se alternarán a la derecha e izquierda de un eje central. En total, la torre tendrá 342 metros.
Sin modestia, John Evans, vicepresidente de Sciame Development, dijo que "esta torre representa la oportunidad de vivir en una obra de arte". Aunque una bastante cara, pues se calcula que uno de sus departamentos costará cerca de 29 millones de dólares. Sin duda, las expectativas sobre esta obra son altas.
Como grandes también son las esperanzas que se cifran sobre otros proyectos que se desarrollan en la Gran Manzana y que muestran una tendencia que quizás pronto veamos por estas latitudes: aplicar a las torres habitacionales las consignas usadas para los rascacielos de oficinas. Esto es, disfrutar de la vista y la luz natural a través de paredes de vidrio que vayan del suelo al techo.
Edificios en construcción como Blue Condominium, One York Tribeca o 40 Mercer Residences son una clara muestra de esta moda vanguardista. Este último edificio, por ejemplo, es obra de Jean Nouvel, el arquitecto de la torre Agbar de Barcelona, quien le imprimió a este exclusivo recinto del Soho una imagen que en apariencia dista poco de la que tiene un edificio de oficinas.
Tal parece que en el futuro será muy difícil distinguir exteriormente entre las construcciones destinadas a trabajo de aquellas que se usan como residencia.
Pero Nueva York no es el mundo y también se están haciendo grandes apuestas al otro lado del globo, sobre todo en el multimillonario emirato petrolero de Dubai. Allí, la Infinity Tower -cuyo proyecto de arquitectura fue desarollado por Skidmore Owings and Merrill- será capaz de generar una increíble torsión de 90 grados sobre su eje, algo hasta hace pocos meses impensable para un edificio de 80 pisos y 330 metros de altura.
Infinity Tower albergará complejos residenciales de lujo, piscinas, un gimnasio, un jardín de infancia, salas de conferencias, auditorio, pistas de tenis y suntuosas estaciones termales. En total, se venderán unidades tipo studio y departamentos de 1, 2, y 3 dormitorios, además de 11 lofts y 3 penthouses. Se espera que esté lista en 2009.
Futuro giratorio
Pero si alguien piensa que la Infinity Tower es lo máximo en materia de diseño y que dificilmente podrá ser superada, en el mismísimo Dubai se está renovando un viejo concepto que hará ver a esas contorsiones como una cosa de niños: los edificios giratorios.
Hace pocos meses la compañía de bienes raíces High Rise anunció en Dubai que construirá Rotating Residences (Residencias Giratorias), que ofrece cuatro elegantes penthouses giratorios y una villa giratoria con su propio ascensor para automóviles. Es decir, el dueño de casa podrá estacionar su coche en la propia puerta del departamento.
Claro no será el único proyecto de este tipo en Dubai, pues se espera que en marzo comience la venta de Time Residences, un controvertido proyecto de alta tecnología, en el cual un rascacielos girará 360°, impulsado con energía solar.
El rascacielos incluirá departamentos de una y dos habitaciones, así como viviendas duplex y penthouses. Todos ellos girarán de manera programada para aprovechar de la mejor manera posible la luz del día.
La torre fue diseñada por una firma de arquitectura con sede en el Reino Unido, Glenn Howells Architects y es comercializada por Palmer and Turner, los principales desarrolladores de Arabia.
Dicen los gestores del proyecto que esto es sólo el comienzo de una tendencia que pronto tomará fuerza y anuncian que la compañía planea construir otras 23 torres giratorias en cada uno de los husos horarios del mundo. ¿Llegarán a Chile?

miércoles, enero 10, 2007

Patrimonio y desarrollo









Urbanismo:
Rascacielos amenazan
patrimonio europeo
Hasta hace poco, las ciudades del Viejo Continente servían de ejemplo en materia de preservación patrimonial. Pero eso está cambiando.

Felipe Álamos Undurraga

Mal de muchos... Varias polémicas se viven en estos días en París, Londres y Barcelona.
Estas ciudades, que eran consideradas símbolos del respeto a la tradición urbana, al parecer han cedido a las presiones inmobiliarias para liberalizar el mercado del suelo.
Ejemplo de esta polémica es el rascacielos El Faro de París, que recientemente fue develado a la luz pública y será el edificio más alto de esa ciudad.
Ubicado en la "mini-Manhatttan" de Paris-La Défense, uno de los centros financieros más importantes de Europa, su construcción divide a los parisinos. Y eso que se trata de una torre vanguardista, diseñada por Tom Mayne, un reputado arquitecto.
Sus detractores afirman que el edificio opacará en presencia y altura a la Torre Eiffel como principal referente de la Ciudad Luz, lo cual cambiará para siempre las escales imperante en esa ciudad, ya bastante amenazadas por el complejo financiero creado por Mitterrand en 1989.
Un problema parecido se vive en Barcelona. Allí la famosa torre Agbar se construyó en el punto donde se cruzan tres de los ejes principales de Barcelona: la avenida Diagonal, la Meridiana y la Gran Vía. En esta ciudad de arquitectura muy regular, el arquitecto francés buscó que su obra emergiera del suelo de una forma especial para que "desbordara el marco" de la capital catalana, según declaraciones del propio arquitecto.
Barcelona en peligro
La polémica que ha provocado esta construcción es grande, principalmente por el hecho de que compite en presencia con la Sagrada Familia, de Gaudí. De hecho, un estudio llevado a cabo por estudiantes de UIC, que entrevistó a 3.386 encuestas personas que paseaban por las calles del municipio de Barcelona en abril de 2006, señala que la obra arquitectónica menos valorada de la ciudad (35%) es la Torre Agbar.



Londres, a la deriva
Londres tampoco se salva. Según la prensa británica, la Torre de Londres podría perder su estatus de "Patrimonio de la Humanidad", concedido por la Unesco, debido al desarrollo urbanístico que la rodea.
Las nuevas construcciones, entre las que hay dos rascacielos de más de 300 metros de altura, ponen en peligro la vista panorámica de la ciudad que se realiza desde el interior del emblemático monumento londinense y también la visión del edificio desde el exterior.
Según los medios, un grupo de inspectores de la agencia de la ONU visitó el edificio de 900 años de antigüedad para evaluar si puede seguir conservando la distinción. El examen se produce en respuesta a la preocupación de los expertos y del Gobierno británico por los planes urbanísticos existentes en torno al popular monumento.
El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco ya se había pronunciado sobre el tema y había señalado que el desarrollo urbanístico en torno a la Torre no respeta su categoría de "patrimonio". Para el organismo, "no parece que Londres esté aplicando efectivamente" las políticas correctas para proteger la torre en el futuro.
El Comité, que también se mostró preocupado por los planes de construcción en los alrededores de la Abadía de Westminster y el Parlamento británico, tendrá que decidir en febrero si pone al edificio británico en la lista de bienes "en peligro".



Y también Moscú



Otra ciudad que cayó en esta vorágine inmobiliaria es Moscú. Haciendo caso omiso de múltiples protestas y de las normas urbanísticas vigentes en San Petersburgo, la gobernadora de aquella ciudad, Valentina Matvienko, y el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, anunciaron que en esa ciudad se edificará un complejo arquitectónico dominado por un rascacielos de 320 metros junto al río Neva, que albergará diversas dependencias del monopolio estatal del gas.



El proyecto Gazprom City, con el que San Petersburgo aspira a convertirse en la "capital de la energía" de Rusia, según dijo ayer Miller, correrá a cargo de RMJM London Limited.



La construcción de Gazprom City, si es que se lleva a cabo, supondrá una ruptura radical con la armonía de formas, alturas y proporciones que ha caracterizado la ciudad fundada por Pedro I en 1703.



Las normas urbanísticas vigentes para construir edificios de pisos en el centro histórico de San Petersburgo prevén una altura máxima de 42 metros, que pueden llegar a los 48 metros con autorización especial. Una nueva normativa, que está siendo debatida por el Consistorio, mantiene las proporciones históricas y no contempla edificios de la envergadura prevista por el concurso.



El proyecto defendido por Matvienko y Miller es una "bofetada a todos los ciudadanos", según el historiador petersburgués Daniel Kotsiubinsky.



El régimen de Putin construye su pirámide de Keops, pero a diferencia de aquél, lo hace en un lugar poblado por seres vivos, y no en el Valle de los Muertos", señalaba Kotsiubinsky.



Por su parte, Borís Nikolashchenko, uno de los autores del plan general de San Petersburgo, comparó Gazprom City con el "templo de la nueva religión" y recordó que antes de la revolución bolchevique sólo las iglesias podían superar la altura del palacio de Invierno.



Qué crimen.



miércoles, noviembre 22, 2006

Nueva arquitectura


Diseño de vanguardia:
La nueva era de

la arquitectura orgánica
Por Felipe Álamos Undurraga

Los proyectos de última generación de esta tendencia no sólo imitan la naturaleza. En algunos casos también buscan reemplazarla. ¿Una contradicción?

Rebrotó la arquitectura orgánica.
La adopción de modernos criterios de construcción sustentable y las nuevas tecnologías constituyen una promesa de que las construcciones que se adscriben a esta tendencia -que parecen florecer del suelo donde se construyen- no sólo serán capaces de mimetizarse con la naturaleza que las rodea, sino que también seguirán el ciclo natural de ésta: nacimiento, vida y muerte.
No es un decir. La introducción de nuevos elementos, tales como materiales constructivos biodegradables o ecológicos, energías renovables y tecnologías digitales están cambiando el radicalmente panorama de este concepto de arquitectura, cuyos orígenes ya tienen casi 100 años y se remontan a las obras de Antoni Gaudí y Frank Lloyd Wright.
Quizás el caso más notable de esta revolución sea el vanguardista proyecto Metropol Parasol, que se construye en la plaza de la Encarnación de Sevilla, España, y estará listo durante 2007.
La construcción de esta obra del arquitecto alemán Jürgen Mayer- cuyos detalles dio a conocer el autor en la XV Bienal de Arquitectura que se celebra en Santiago- ha puesto en jaque los límites de lo que hasta ayer se entendía por arquitectura orgánica. Porque en su concepción este emprendimiento se mueve en ambos lados de la frontera entre el mundo "real" de la naturaleza y el reino "virtual" de las formas generadas mediante animaciones digitales.
Este movimiento constante está creando una realidad impensable antes de la aparición de las nuevas tecnologías. Con ello, la arquitectura orgánica ya no es algo que imita la naturaleza, sino que va más allá de ella. Y, en apariencia, la mejora.
Naturaleza tecnológica
Así, si bien el punto de partida de los gigantescos parasoles de madera y poliuretano de la plaza sevillana es la naturaleza (los grandes árboles de la cercana Plaza de Cristo de Burgos), la sorprendente ingeniería estructural que nació como fruto de la realidad virtual permite que hoy se pueda caminar, en una plaza elevada, sobre estos gigantescos "hongos", lo cual sería casi imposible en los árboles de verdad.
Pero eso no es todo. Los componentes de esta plaza constituyen un complejo de planos que ascienden desde el subsuelo (las "raíces") -donde se hallan restos arqueológicos- hasta la superficie -donde hay actualmente un mercado- y más de allá: la copa de este falso árbol.
"La reinterpretación de los efectos de la naturaleza o la creación de una 'naturaleza tecnológica' es un rasgo esencial, aunque usualmente de presencia muy sutil, en la arquitectura de Mayer", señalaron Fredy Massad y Alicia Guerrero en su crítica de la obra en el diario español ABC.
Es decir, señalan los expertos, Meyer y otras oficinas de arquitectos están creando una arquitectura ¿orgánica? que nos hace comprar dentro de una ameba hi-tech en Birmingham(Future Systems) o ver arte dentro del ente biomórfico creado por Cook & Fournier en Graz. Esta nueva realidad trae preguntas: ¿Puede la arquitectura, por muy orgánica que sea, reemplazar a la naturaleza? ¿Acaso no hubiera sido mejor, en el caso de Metropol Parasol, optar derechamente por los árboles? Por el momento, hay más dudas que respuestas.

sábado, noviembre 11, 2006

Coquimbo en primera persona


Patrimonio escondido:

Tres joyas victorianas
de Coquimbo y Guayacán

La Casa Ansted, el Cementerio Inglés y el órgano de la iglesia de Guayacán. Amor al detalle.

Por Felipe Álamos Undurraga.

(Agosto de 2006)

Lo siento Valparaíso, pero Coquimbo me mata.
El vecino de La Serena es más pequeño, más amable, más fácil de entender. Sin por eso ser aburrido. Porque tiene sus misterios: esos que nacen del poco interés que produce y de lo poco que lo han estudiado.
Quizás no tenga tantas casas ni tantos rincones. Pero tiene algo indefinible que todavía no ha sido sepultado bajo falsas declaraciones de amor. No ha tenido su Neruda ni su Edwards Bello. Pero es una ciudad adorable, con un barrio inglés lleno de vida. Aunque no quede ningún gringo.

La Casa del Cónsul
Visité Coquimbo hace pocos días, impulsado por uno de sus misterios: mi bisabuelo el cónsul inglés George L. Ansted; e hice un tour arbitrario, absolutamente personal. Y en ese camino conocí un trío de lugares imperdibles.
La recomendación viene muy de cerca, pero difícilmente he encontrado en Chile una casa victoriana tan curiosa como aquella donde vivió mi antepasado y que hoy es el Hostal Nómade.
La Casa Ansted (después Castex), es un sitio lleno de detalles, donde en la arquitectura se juntan la artesanía en madera de los maestros británicos y una notable colección de chimeneas y rejas, de la mejor factura industrial inglesa del siglo XIX.
Hoy el lugar está siendo pacientemente restaurado por tres jóvenes empresarios, que alucinan con la casa.

Cementerio Inglés
Otro mundo poco conocido es el Cementerio Inglés de Coquimbo. Tanto o más interesante que el ubicado en el cerro Panteón de Valparaíso.
El entorno no es tan espectacular como su símil de Pancho, pero sus tumbas son preciosas y tiene la ventaja de que no genera mayores expectativas previas en el turista.
Creado hacia 1860 y very british, está lleno de historia, de drama. Sus lápidas hablan aunque uno no conozca a los personajes, sobre los cuales ha caído un olvido imperdonable.
Ahí están los Goudie, Abbott, Mac Aullife, Spencer, Raby, Inch, entre otros. Apellidos que algunas vez se los escuché a mi abuela Susana o a mi tía Jovi y que de pronto toman presencia en la madera, el mármol o el metal.

Órgano de Guayacán

Gracias a los oficios del seminarista Rodrigo Taborga, tuve el privilegio de conocer por dentro la siempre cerrada Iglesia de Guayacán, un pueblito hoy absorbido por Coquimbo que hoy lucha por mantener su identidad.
Llegué a esta iglesia en busca de respuestas que tenían sin duda más que ver con la curiosidad que con la fe. Estaba intrigado por el origen de la fachada de zinc de la iglesia de la Hacienda El Sobrante, en Petorca, y como mi abuelo no me pudo responder a mis inquietudes, salí a buscar la respuesta. Este verano estuve en Traiguén, Lumaco, Mulchén y alrededores (VIII y IX regiones). Luego, mi vista apuntó hacia Coquimbo. Todavía no resuelvo el misterio.
Claro que la humilde capilla del fundo familiar, palidece ante esta increíble muestra de la mejor ingeniería de XIX.
Esta auténtico mecano está hecho de planchas de zinc estampadas en Bélgica, apernadas con precisión industrial. Fachada e interiores son iguales, lo cual confiere a la obra una fría armonía, que sólo pudo ser destruida por una serie de adefesios instalados por el padre Juan Van Hacke.
Conversando con Rodrigo, cae el primer mito de mi visita. La iglesia no es de Eiffel, sino que fue concebida en Bélgica y llegó por mar en el vapor alemán Biancas en octubre de 1889, que traía desde Amberes cerca de 400 bultos con planchas metálicas. A fines del mismo año, se instaló la iglesia.
Claro que hay otros mitos que sí subsisten. Por ejemplo, que la torre original cayó desde el barco y que la que hoy existe fue fabricada en Guayacán. Como también lo fueron las campanas, fundidas en las maestranzas de Maximiano Errázuriz, el magnate dueño de la capilla y de todo Guayacán.

Como soy amante de los detalles lo que más me llamó la atención fue el órgano de la iglesia, una joya escondida que muy poca gente sabe es el órgano construido hacia 1870 por la firma inglesa Van Gruisen, de Liverpool. Pura precisión británica.

P.D: Estoy intentando formar una red de descendientes de británicos de Coquimbo. Para quienes se interesen en el tema, por favor escribir a falamos.u@gmail.com


martes, septiembre 05, 2006

Ciudad y patrimonio

Santiago Centro y Valparaíso:
EL SUBSIDIO PATRIMONIAL

ESTÁ EN DEUDA
El instrumento que permite rehabilitar viviendas antiguas no ha dado los resultados esperados. Se ha logrado colocar sólo un tercio de los 1.800 subsidios ofrecidos en los últimos años.

Por Felipe Álamos Undurraga
Periodista y Máster en Gestión Cultural
(Publicado en El Mercurio, domingo, 25 de Junio de 2006)

Los números dicen mucho. Cuenta Luis Eduardo Bresciani, jefe de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que sólo se ha logrado colocar un tercio de los 1.800 subsidios de rehabilitación patrimonial que el Minvu ha ofrecido en Valparaíso y Santiago Centro en los últimos cuatro años.
Lo más preocupante es que este tercio adjudicado también muestra una realidad compleja, como sucede en Valparaíso. En esa ciudad, de los 500 subsidios otorgados, muy pocos se han materializado, pues más del 40% de las personas que obtuvieron ese beneficio renunciaron finalmente a él, y cerca del 30% lo perdió al vencerse el plazo para utilizarlo.
Desilusión ambiente
La opinión de los empresarios porteños es elocuente. "En una reunión sostenida entre algunos inversionistas y el Serviu, se llegó a la conclusión de que el subsidio de 250 UF que entrega el gobierno no funcionó para las áreas patrimoniales. Sobre todo en el primer tramo, que va de 650 a 1.200 UF", afirma Patricio Zerrano Rojas, de Inmobiliaria e Inversiones Viento Sur Ltda.
Lo mismo piensa el arquitecto Michael Bier, director del Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano Contemporáneo (DUC), quien dice que "el subsidio de rehabilitación patrimonial, como herramienta para la repoblación de Valparaíso, fracasó".
Agrega que "hay que tener en claro que 100 subsidios, en los últimos 2 años, no pueden revertir en Valparaíso una tendencia que está profundamente vinculada con el desarrollo social de la ciudad. La pintura de fachadas y este subsidio ayudan para que los turistas vean una ciudad linda, pero las casas se queman igual, porque la instalaciones eléctricas, por ejemplo, están en mal estado".
La autoridad está de acuerdo con el diagnóstico: "el subsidio no ha sido un instrumento efectivo para detonar un mercado importante en materia de renovación patrimonial, aunque sí ha impulsado inversiones de viviendas no afectas al subsidio, al generar expectativas en varias zonas de conservación histórica en Santiago y el puerto", dice Luis Eduardo Bresciani.
Las causas
Qué pena. ¿Qué pasa con este programa, cuyo futuro se veía tan tan auspicioso?
Las razones para explicar su aparente fracaso son múltiples, dicen los expertos. ¿La principal? El alto costo de ejecutar este tipo de proyectos. Ello provoca que la oferta sea escasa, pues son pocos los inversionistas dispuestos a arriesgarse; que los precios sean más altos que los de la competencia -lo cual restringe la demanda-, y que muchas viviendas rehabilitadas queden fuera de los tramos en los cuales opera el subsidio de rehabilitación patrimonial (entre 650 y 2.000 UF).
El problema es que bajar los costos es muy difícil. En muchas zonas patrimoniales de Santiago y Valparaíso se da una difícil combinación: terrenos con valores muy altos pero con muchas restricciones normativas a la hora de construir. En estas áreas, a diferencia de lo que sucede en las áreas de renovación urbana -donde sí está permitido demoler- no se puede compensar el alto valor del suelo con una mayor densidad habitacional.
Además, mientras una vivienda social se puede construir en 200 días, reacondicionar una vivienda demora cerca de dos años. "Ello origina un gran problema: en el largo período que media entre el anuncio del proyecto y el fin de la construcción, se origina incertidumbre en los compradores, produciéndose por ello muchas renuncias al subsidio o su caducidad", señala Luis Eduardo Bresciani.
Esto hace que competir con las viviendas nuevas sea muy difícil. En Valparaíso, cree Michael Bier, "la escasa oferta se debe a la poca demanda y la gran expectativa de ganar mucha plata en poco tiempo. La construcción de edificios de 80 hasta 100 departamentos (equivalente a todos los subsidios patrimoniales de los últimos 2 años) acumula la poca demanda existente. Son más baratos, tienen una vista mejor porque se imponen sobre los demás, e impiden una competencia justa. El problema, es que esta edificación en altura absorbe las bondades de la ciudad en un solo lugar, dejando su entorno desvalorizado".
Las soluciones
¿Qué hacer para solucionar el tema? ¿Qué es lo que se viene? Cuenta Luis Eduardo Bresciani que se están barajando varias ideas. Una de ellas es darles a los inversionistas o a las zonas patrimoniales un plazo para ejecutar sus proyectos, de manera de que los subsidios lleguen a materializarse.
También dice que se revisarán los tramos acogidos al subsidio, "para ver si se está apuntando al rango adecuado. Una alternativa sería poder extender los beneficios a viviendas de mayor valor, pero es un tema que habrá que discutir mucho, pues hay otras prioridades, sobre todo en vivienda social".
En ese sentido, señala Patricio Zerrano que "para conseguir una masificación de este instrumento, primero se debe tener en cuenta que el segmento que postula al tramo 1 (entre 650 y 1.000 UF) no es el que va a comprar un producto como el que se ofrece en las zonas de protección, porque si se dirigieran productos para este segmento en estas zonas, lo que conseguiríamos sería un producto de muy mala calidad, de pésima terminación, que terminaría por arruinar el patrimonio", afirma.
Quizás una alternativa más realista, señala Bresciani, sería otorgar subsidios de mejoramiento a viviendas ya existentes en zonas patrimoniales, sin subdivisión. Ello permitiría a los vecinos recuperar sus casas, evitando de esta forma el éxodo de los antiguos habitantes, que son los que le dan identidad a los barrios tradicionales.
Así, se podría frenar un fenómeno que se está viviendo dramáticamente en el puerto. Allí, el destino principal de las viviendas rehabilitadas es segunda vivienda, "lo que distorsiona el perfil del habitante de la ciudad, pues favorece que la ciudad esté vacía durante la semana. Al final, se produce un círculo vicioso: los santiaguinos llegan el fin de semana con bolsas de supermercados traídas desde Santiago, lo cual produce que el antiguo almacén de la esquina pierda sus clientes y al final cierre, siendo remplazado por un restaurante que abre sólo de viernes a domingo".
La idea, dice, es que los subsidios permitan que los barrios revivan con vecinos nuevos y antiguos. Todos los días.

domingo, noviembre 20, 2005

Restauración patrimonial





Restauran antigua casa patronal de Hacienda
El Sobrante (I Parte)

Por Felipe Álamos Undurraga.
Periodista y Máster en Gestión Cultural


En la memoria colectiva de los vivientes de Chincolco, al interior de Petorca, quedó registrada con el nombre de "El Refugio", por el hogar de niños del Padre René Pienovi que alli funcionó. Y eso que la familia propietaria, la sucesión Álamos Igualt, hace sólo 35 años que dejó la Hacienda El Sobrante.
Ahora los Alamos están de vuelta. Dos hijos de Juan Álamos Igualt, compraron en un remate judicial la antigua casa patronal y su antiguo parque, y están restaurándola. El resto del inmenso predio, de 36 mil hectáreas, hoy está en manos de una comunidad de antiguos inquilinos.
Se pronostica que el trabajo durará varios años, pues el estado en que los hermanos Cristián y Mauricio Álamos Anted encontraron la vivienda, de más de 2.000 metros cuadrados, era lamentable. Lo que no pudieron hacer los terremotos, sí lo lograron años de abandono y el saqueo al cual estuvo sometida.
Los trabajos de restauración y los antecedentes aportados por la familia, permiten estimar que el primer piso de la casa fue construido a comienzos del siglo XIX y que el segundo, de estructura liviana de madera y adobe, data de 1905.
Comprada a la sucesión Echavarría a finales del siglo XIX por Ignacio Álamos Cuadra, esta construcción tiene una sencillez engañadora pues su riqueza patrimonial radica en que es el eslabón que marca la transición entre la arquitectura de las casas patronales del Norte Chico y las del Valle Central.
Quien visite las haciendas de la III y IV regiones no tardará en encontrar cierto aire característico. Y si el ojo está bien entrenado, el viajero no tardará en notar que los rasgos y costumbres de quienes ahí trabajan la tierra tiene grandes similitudes respecto de los campesinos del valle de Elqui o Choapa.
Mención aparte merece la curiosa capilla de la hacienda, que tiene una elaborada fachada de láminas de zinc estampadas que simulan piedra, con cornisas y detalles ornamentales en el mismo material. Ejemplos de este tipo singular trabajo artesanal no abundan en Chile y quizás su referente más cercano sea la iglesia de Guayacán, en Coquimbo y algunas viviendas en Valparaíso, Purén (IX Región), y Puerto Varas (Casa Opitz).
También es interesante observar el edificio de la antigua bodega de la hacienda, ubicada entre la casa patronal y la capilla. Esta construcción todavía muestra su fachada original, revestida en plancas de zinc inglesas, que fueron colocadas en la primera década del siglo XX y que le confieren al edificio cierto aire de estancia patagónica.

lunes, septiembre 12, 2005


Paradojas y analfabetismo urbanos:
Responsabilidad social y desarrollos inmobiliarios

en barrios consolidados

Por Felipe Álamos Undurraga
Periodista
Máster en Gestión Cultural: Turismo, Patrimonio y Naturaleza



Lo acepto. Es un término que está de moda y que tiene mucho de marketing. Pero encararé el problema. Lanzaré algunas ideas acerca de la Responsabilidad Social de los desarrolladores inmobiliarios. No tengo aún una definición para esta presuntuosa frase, pero sí algunas ideas para la discusión.

La creación de Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado en la Región Metropolitana (marco regulatorio que pone orden a la construcción en suelo agrícola) ha sido un avance. Hoy, en teoría, las inmobiliarias deben hacerse cargo de las externalidades negativas que causan en su entorno las megaurbainzaciones que construyen.
Partamos de un supuesto un cuanto falaz, pero que permite ir avanzando hacia el tema que más me preocupa: estas zonas se levantan en "tierra de nadie", si podemos hablar así de lugares donde existen ecosistemas interesantes o pequeñas poblaciones.
Al final, nos hemos preocupado más de lo que le pasa a las aves o las dunas- que sin duda son importantes y merecen otro artículo- que de las dinámicas que se producen al interior de las ciudades, las cuales sufren, al menos en Santiago y Viña del Mar, mutaciones y mutiliaciones diarias que afectan a miles de personas.

La mirada que falta

No sólo hay que fijar la atención en los bordes. Tan sensible como el problema de la expansión urbana, es el tema de la responsabilidad social en los proyectos que se ejecutan en barrios consolidados. Porque habría que preguntarse: ¿basta con cumplir con el plan regulador o las normas de la Ley General de Urbanismo y Construcciones para sentirse en paz con la sociedad?
La respuesta es un rotundo no. Aunque uno suponga que el autor del plan regulador conoce al dedillo sus barrios.
Pensemos en un caso famoso: el proyecto de construir dos torres de departamentos en Plaza Las Lilas. Ahí hay un vivo ejemplo de que los ciudadanos la mayoría de las veces no sabemos leer la ciudad, no conocemos sus interacciones. Por ejemplo, quién ideó el proyecto no sabe que los vecinos piden más vida en la plaza; que desean que funcionen pequeños locales para ir a tomar un trago o un café. En cambio los inversionistas sólo proponen dos torres que colapasarán el sector y condenarán a la plaza a una penumbra semipermanente.
Tampoco consideran que su proyecto dañará la razón principal por la cual el barrio es atractivo para el mercado: su armonía. Una de las cosas que más valoran los vecinos es que precisamente los edificios tienen una escala "humana". Algo que durante cincuenta años se ha respetado y forma parte de la memoria colectiva.
Otro caso muy distinto: con el proceso de repoblamiento del centro se logró dar nueva vida a un territorio muerto. Pero en la práctica se dañó irremediablemente la imagen, la memoria visual del centro, dada por dos grandes características: la fachada continua y el uso del interior de la manzana.
Repito, no hemos aprendido a leer las ciudades. Como dijo una vez la arquitecta Verónica Adrián, especialista en el tema de los cités, "hay que construir en función de los tejidos que existen en la ciudad, no hacerlos desaparecer. Creo que un error de la política de repoblamiento de Santiago Centro ha sido que, en vez de densificar utilizando también el interior de las manzanas -que es el concepto utilizado en los cités- se haya optado por construir en altura, utilizando escalas desproporcionadas para estos antiguos barrios."
Muchas veces se peca por ignorancia. Todo barrio tiene un conjunto de reglas tácitas. ¿Las conoce el desarrollador? Él conoce su mercado objetivo. Pero no su territorio, sus interacciones, sus cadenas de valor. Y lo peor es que los arquitectos a quien se le encarga el proyecto, tampoco. Se realizan estudios de cabida, de número de estacionamientos por departamento. Pero no es suficiente.
¿Alguna vez se ha parado el arquitecto o el desarrollador a hablar con el dueño del almacen de la esquina?¿Con los vecinos? ¿Con la viejita del banco? El arquitecto y el desarrollador debe ser parecido al periodista: tiene que aprender a reportear. Por respeto, pero también como banco de datos. Se pueden sacar buenas ideas.

Paradojas inmobiliarias

Muchas veces el desarrollador no tiene conciencia de sus límites, de las amenazas que genera su inversión.
Lo peor es que en la mayoría de los casos tampoco le importa el tema. Porque al estudiar el tema de la presión inmobiliaria sobre los barrios consolidados hay que considerar dos paradojas fundamentales y muchas veces complementarias.
La primera paradoja: existe un efecto que yo llamaría "la paradoja de lo bello". Esto es: cuanto mejor calidad de vida tenga un barrio y mejor sea su arquitectura, más peligro corre de ser destruido. Es que nadie se fija en lo feo para invertir. Es decir, en la belleza de un barrio está el germen de su propia destrucción.
Un ejemplo: en la calle San Sebastián, en el barrio El Golf, queda en pie la casa que era considerada por los vecinos como la más fea del barrio. Todo lo demás, demolido.
En todo caso no es fenómeno que se da sólo en Chile. También es algo que se puede apreciar en la avenida Paulista en Sao Paulo, y también pasó en la Quinta Avenida de Nueva York. Aunque en esta última quizás se dé la primera de las normas que deben regir la responsabilidad social del inmobiliario en barrios consolidados: que lo que se construya sea de igual o mejor calidad que lo que se destruye.
Porque no se trata de frenar las dinámicas urbanas. Sólo se trata de proponer una nueva ética de la construcción. En barrios consolidados lo primero que se debe intentar es la rehabilitación arquitectónica, que significa poner en valor algo que se había deteriorado o adaptar el patrimonio a las necesidades del mercado. Si ello no es posible, hay pasar a la renovación urbana (demoler para construir algo nuevo).
Pero no cualquier tipo de renovación: ésta al menos debe conservar los elementos de la memoria visual del barrio, como podría ser el ya mencionado caso de la la fachada continua o el uso del interior de las manzanas en el caso del centro de Santiago.
Y existe una segunda paradoja: la peor amenaza del patrimonio de un barrio es la riqueza, no la pobreza. Pensemos por ejemplo en el cerro Barón y la iglesia de San Francisco en Valparaíso. Durante los años de decadencia del puerto, la relación de escalas entre las viviendas y la iglesia, se preservó casi intacta. Bastaron dos años de un boom inmobiliario y hoy la iglesia es una torre más entre otras. La autoridad, como siempre, reaccionó tarde.
A qué nos lleva esto, a que debemos aprender a mirar la ciudad con microscopio.
Recuerdo la conversación con el arquitecto argentino-israelí Isaac Guedi Capeluto, quien me contó sobre el trabajo que estaba haciendo sobre un nuevo plan regulador para Tel Aviv. Allí, mediante un sistema computacional se planteaba al detalle cuáles debían ser las alturas y rasantes para asegurar a cada edificio, plaza y calle sus derechos de asoleamiento y vista. También contaba sobre los estudios realizados en su universidad, en los que simulaba cuáles son los efectos en los vientos que los edificios causan en su entorno. ¡Cuán lejos estamos de eso!

martes, junio 08, 2004

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Si tú crees que esta página te ayudará a comprender el fenómeno urbano, por favor acepta mis disculpas: eso es mucho pedir.
Las palabras pueden ayudar a entender el caos. Y sólo en contadas y maravillosas ocasiones, a ordenarlo.